A diferencia de los procesos de fabricación convencionales, como el fresado o la erosión, en los que se elimina material, el principio de la fabricación aditiva -como su propio nombre indica- consiste en la adición de material capa por capa. Por tanto, este proceso es especialmente adecuado para geometrías complejas y también para componentes personalizados que no se ajustan a las dimensiones estándar. Aunque las medidas individualizadas son posibles en principio con los procesos convencionales, están asociadas a precios elevados. En la impresión 3D, estas piezas o modificaciones pueden realizarse sin problemas. Aquí, una fijación fresada habría costado al menos 100 euros, el componente individual fabricado en iglidur I3 cuesta 85 euros. El configurador CAD en línea de igus es ideal para configurar componentes individuales. Aquí, los modelos CAD prefabricados se pueden configurar de forma gratuita de acuerdo con los requisitos y, después de unos pocos clics, es posible comprobar si el componente se puede implementar en el servicio de impresión 3D.