El robot de brazo articulado robolink® agarra un rascador de hielo con ayuda de un efector final de vacío y se desplaza hasta la máquina de moldeado automático. También hay ventosas en la parte posterior del efector final. Esto permite al brazo recoger un rascador de hielo sobremoldeado acabado, girar 180 grados y colocar la siguiente pieza en bruto. Por último, el brazo robótico coloca el rascador de hielo acabado en una cinta transportadora. La retirada y carga simultáneas en un solo ciclo ahorra tiempo.
Esta solución de automatización es fácil de manejar e incluso puede ser implementada por profanos en informática tras unas pocas horas de familiarización. El controlador del robot a juego, totalmente integrado en un armario de control como versión de carril DIN, controla el motor paso a paso. El diseño ligero del robot también reduce el consumo de energía y sólo requiere 1,67 metros cuadrados de espacio de trabajo.