Los gasoductos están sujetos a diversos riesgos de daños: actividades de construcción, vegetación, desprendimientos, etc. Por ello, requieren inspecciones visuales periódicas. Los helicópteros, que se utilizan habitualmente, suponen enormes costes y a menudo constituyen una grave molestia acústica para los residentes.
exabotix ofrece una alternativa: Desde 2012 aplica soluciones con drones, y entre sus clientes se encuentran los operadores de gasoductos. El dron HD 4-1100 desarrollado para este fin utiliza un software GPS inteligente para realizar vuelos totalmente automatizados sobre las tuberías que inspeccionan, informando de cualquier elemento llamativo en el paisaje para poder tomar contramedidas en caso necesario. Dado que los oleoductos suelen tener varios cientos de kilómetros de longitud, es necesario utilizar un gran número de drones y repartir la ruta entre ellos. Para posicionar correctamente cada dron antes del vuelo de inspección, exabotix instala hangares para drones a intervalos regulares a lo largo de la ruta. Al recibir una orden de lanzamiento del centro de control, las compuertas rodantes se abren y se extiende una plataforma con el dron sobre ella. Cuando el dron regresa, aterriza en la plataforma extendida, donde recarga inmediatamente su batería al llegar a la superficie de aterrizaje gracias a unos contactos incorporados en las patas.
El diseño del hangar para drones tenía que ser lo más robusto y libre de mantenimiento posible para evitar costosas visitas de mantenimiento a las ubicaciones remotas del hangar. Para ello era necesario un sistema sin corrosión ni lubricación, especialmente para los raíles de 4,5 m que deslizan la plataforma de despegue y aterrizaje a cielo abierto.